NZ16: Greymouth – Kaikoura

GREYMOUTH

Nos alojamos en el Gables Motor Lodge: excelente, el hombre majísimo, nos indicó un montón de cosas que podíamos hacer esa tarde como: ver el atardecer en el faro y otras cositas al día siguiente, antes de ir a Hanmer Springs.

La habitación muy bien acondicionada, como las anteriores pero, con un extra insuperable: el baño con bañera de hidromasaje, que por supuesto usamos 😉 Para cenar nos fuimos justo al lado, al restaurante de un hotel, pero como no teníamos reserva tuvimos que quedarnos en una mesa del pasillo entre el restaurante y el bar, porque sí, son bar, restaurante y licorería. Fue un poco lío sinceramente y uno de los peores lugares del viaje donde cenamos porque, pedíamos en un sitio la comida, en otro la cerveza, en otro el vino… >:(

Luego la calidad de la comida dejaba mucho que desear, los mejillones no los comimos porque sabían mucho a mar y eso…mala señal, nada más probar empecé a sentir cosas raras en el estómago, así que no más >:( A la hora de la cuenta se olvidaron de la copa de vino que con tanto mareo tuve que conseguir, así que no iba a ser yo quien se lo recordase… :mrgreen: No hay muchas fotos ya sabéis por qué y del nombre ni me acuerdo, todo borrado de la memoria! XD

A la mañana siguiente fuimos a Paparoa National Park a ver las Pancakes Rocks, unas formaciones rocosas muy chulas, os recomiendo la visita, además hay senderos marcados para no perderos.

Muy cerca de allí hay una colonia de focas, se ven muchísimas, os recomiendo que vayáis si queréis ver focas, pero si no, no os preocupéis, en Kaikoura vas a ver millones sí o sí! XD

Nuestro siguiente destino en carretera con unas vistas que son una auténtica pasada fue: Hanmer Springs.

HANMER SPRINGS

Aquí en realidad paramos por las aguas termales, lo vimos un buen punto del viaje para parar y relajarnos, ya que es el mayor centro termal de la isla sur. Dicen que tienen poderes curativos, ahora que…nada más con el olor que hay al entrar yo creo que es al revés, pero como lo que no mata engorda y a todo se acostumbra uno…pues allá que fuimos.

Nos hospedamos en el The Chalets Motel , bien equipado con lo justo y necesario, una casita en la alta montaña muy mona.

Una vez en las piscinas tienes varias opciones: hay una entrada como espectador que cuesta  2$; la entrada general cuesta 22$ y con piscina privada 30min 30$. Nosotros como no sabíamos lo que era :/ dijimos pues vamos a probar… porque esto está a reventar de gente, pero…vamos que sólo le faltaban las luces rojas así que os podéis imaginar y el agua de 39 a 41 grados, para que te diese un soponcio, a ver como te sacan de ahí, yo me mareé un par de veces, sinceramente, no lo recomiendo.

El horario de cierre es a las 9pm y las taquillas cuestan 5$. Hace un frío que pela cuando sales del agua y la toalla se te moja sola de la humedad que hace fuera. Sólo os digo que tú en bañador y los vigilantes con un plumas. No hay fotos ya que estaba todo bien guardadito en las taquillas.

Al salir de ahí duchita y a cenar en el N°31. El camarero era un chico uruguayo muy majo. Le costaba hablar español porque ya llevaba 9 meses en Nueva Zelanda y turistas españoles nos dijo que había visto muy pocos, un matrimonio madrileño y nosotros, así que lo de pocos lo dijo con razón XD . La cena todo muy rico: panes con dips, pork con arroz de coco, vieiras con risotto y pescado muy bueno, todo recomendaciones del uruguayo, que le costó explicarnos la carta en español al pobre, podía ver como le caían los sudores :mrgreen:

A la mañana siguiente camino a KAIKOURA.

Esta ciudad es preciosa y famosa por las enormes ballenas esperma que pueden verse en sus aguas, sobre todo en invierno. Pero además de esto, la cuidad te ofrece recorrerla alrededor de la costa y os aseguro que quedaréis enamorados! Nosotros no hicimos lo de las ballenas dado que las vimos perfectamente en Sudáfrica, así que optamos por la opción de la caminata y no nos imaginábamos que íbamos a disfrutar tanto 😀

Hay también una piscina natural donde ves focas baby y luego hay cantidad de colonias en la playa.

El hostal donde nos hospedamos fue el Hotel boutique kaikoura, los dueños muy majos y la habitación muy cuqui.

Al mediodía fuimos a hacer el paseo que rodea toda la península, que leímos que se hacia en 3h pero nosotros tardamos más porque comimos por el camino y fuimos parando mucho para ver el paisaje que es espectacular.

Veréis focas por doquier, en mi vida había visto tanta cantidad de focas juntas, una auténtica pasada, parecían plagas.

En un punto del recorrido encontramos a las focas en la mitad del camino durmiendo y carteles que ponía que no las molestásemos y es que no lo haría aunque quisiera, menudo tufo… 😳

Para la cena dudamos mucho, entre si comer langosta o no, pero ¿¿¿cuántas veces íbamos a volver a Nueva Zelanda a un sitio famoso por su langosta??? Exacto, así que decidimos cenar en el Green Dolphin: pan, champiñones y media langosta :mrgreen: Muy Rico todo y caro también, pero mereció la pena.

De aquí fuimos a Picton pero por la carretera: Scenic Route to Picton. Preciosa la verdad y te deja en el mismo puerto para coger el barco.

Este son unas 3’30h de vistas impresionantes, preciosos los fiordos y un frío que pela si estas al descubierto, pero claro, te vas a perder ese impresionante paisaje??? Pues yo no! Y aún con fresquito aguanté como una campeona… 😉

La llegada a Welington fue caótica, coches y pitidos por doquier, habíamos llegado a una “gran ciudad”, muy mala impresión para la naturaleza que habíamos vivido estos últimos días…

Adiós isla sur…

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