Nuestra aventura en Chendgu comienza un 3 de Agosto a las 23:30 de la noche. Volamos con la compañía China ELONG y no nos costó muy caro, 180 euros los dos vuelos.
Llegada al aeropuerto cogemos un autobús que nos deja en el centro y de ahí, gracias a mi GPS con piernas fuimos caminando al apartamento que habíamos alquilado. Llegamos a la recepción del aparthotel, en este caso escogimos Lingzhu Serviced Apartment, donde pasaríamos dos noches (baratísimo 84 euros las dos). La entrada y los pasillos te dan la sensación de estar…en un burdel O_O pero la verdad cuando entras al apartamento la cosa cambia 🙂 es moderno y con muchas facilidades: cocina, microondas, lavadora, secadora…estas últimas vienen estupendamente para aprovechar y lavar en condiciones, claro que casi le pegamos fuego a las pobres… :p Por lo demás el apartamento muy cómodo aunque el baño no sé con qué intención está hecho ya que hay puerta, pero es todo una cristalera así que mejor no pensemos… 😉 Esa noche nos compramos algo de comida en una tiendecita 24h justo al lado del apartamento, tomamos algo y a dormir!
DÍA 1: Levantados y desayunados ponemos rumbo a la estación de autobuses. Nuestra intención era la de ir a un pueblo (del cual no recuerdo su nombre), pero después de una hora y de no entendernos con nadie allí (dichosa manía de los chinos de no querer hablar inglés) se nos acerca una señora diciéndonos que la acompañemos que unos chicos nos llevan por no se cuantos yuanes…(estamos locos o que, que tipo de turistas pican con eso?????!!!!! 😉 ) total que después de decirle a la mujer mil y una veces que no, todavía salíamos de la estación y la china persiguiéndonos…en busca y captura…muy fuerte. Total que al final cambio de planes, nos vamos al Monasterio Wenshu Yuan. La entrada 5 yuanes (0’80 céntimos de euro). Se encuentra en una zona muy transitada y llena de puestos y tiendas de souvenirs e incienso, pero cuando llegas a la entrada todo parece transformarse, no ves gente, ni oyes un solo ruido…será el poder de Buda 😛 😛 😛 Parece bastante moderno con muchas salas de oración y para tomar el té, puedes ver a muchos monjes pasearse por allí de un sitio a otro y cuenta con unos jardines preciosos que transmiten paz y tranquilidad.
A la salida nos encontramos con una súper moto china que nos enamoró, y nos dimos cuenta que aquí en España vamos con retraso…para cuándo la “motosombrilla”????!!!!! Lo que triunfarían en Murcia! Y bueno, ya que estamos…cuidado cuando crucéis por los pasos de peatones, porque aquí las motos son los Super Peatones 2!! Así que ojos abiertos O_O
Seguidamente, haciendo nuestro deporte favorito (pasear) nos acercamos a la Plaza Tianfu, donde se encuentra la descomunal estatua del presidente Mao Zedong. La plaza es enorme con paradas de metro subterráneas y en su superficie zonas ajardinadas con fuentes de agua que van al ritmo de la música. La plaza está rodeada de numerosas tiendas y centros comerciales a los que no debes dejar de subir y tomarte algo en alguno de sus bares o restaurantes panorámicos para observar esta plaza al completo desde las alturas.
Ya para terminar el día fuimos a tomarnos algo a Jinli street, un paseo obligado en Chengdu por el encanto de sus calles llenas de luces, farolillos, puestos ambulantes de arte tradicional chino, puestecitos de comida típica, sumado a shows callejeros y música, sin faltar un sinfín de tiendas y restaurantes. El ambiente animadísimo, en algunos tramos hasta agobiante de la cantidad de gente que allí se aglomera.
DÍA 2: Este es nuestro día fuerte en Chengdu, la verdadera razón de nuestra parada en esta ciudad: ver la mayor concentración de osos panda del país, aaaaaaaaaaayyyyyyyyyyyy que emoción!! 😀 😀 😀 Así que cogimos un autobús en la estación (esta vez sin percances) que nos llevase hasta allí: Giant Panda Breeding Research Base (Xiongmao Jidi) ò lo que es lo mismo ‘Santuario de Pandas‘ 😉 Fuimos muy temprano ya que dicen que en verano la mejor hora para ver a los pandas y en mayor cantidad es por la mañana, cuando les dan de comer y están más activos, en cambio por la tarde con el calor corren a refugiarse dentro de sus recintos al fresquito del aire acondicionado. Es un recorrido precioso donde puedes ver a los pandas muy de cerca, así como a sus crías, parecen personitas rechonchas que te dan ganas de estrujar y acariciar, vamos que si hubiese podido me lo llevo de mascota. Te puedes pasar las horas muertas mirando cómo juguetean, trepan por los árboles, comen…
Algo muy curioso y un descubrimiento en sí mismo fue el panda rojo, no sabíamos de su existencia y de repente paseando se me cruza entre los pies, lo que yo creía una especie de mapache de color rojizo, más tranquilo que un San Luis al que pude incluso acariciar. Una experiencia increíble que debéis de experimentar.
De regreso a la ciudad fuimos a recoger las maletas porque a las 20:00h nos salía el vuelo hacia Kunming, pero nos pilló de paso un parque enorme donde hacían numerosas actividades de estas que a los chinos les encanta: cantar, bailar, jugar a las cartas…y con atracciones de feria incluida para los peques!
CURIOSEO
– Los WC en China son un agujero en el suelo en la mayoría de los lugares, exceptuando hoteles y centros comerciales, aunque en estos últimos hay de ambos y muchas veces la gente local te los cede, se esperan a que haya libre uno de agujero (la cultura…) y es en esos momentos cuando en la angustia por entrar al baño se te dibuja una sonrisa que no te coge en la cara 😀 A lo que iba, en la reserva de los pandas, entrad a los baños, que aunque no tengáis gana, seguro que os entran, parecen sacados de una película futurista en la que hay un retrete gigantesco con brazos lleno de botones (que no quise descubrir su uso por si acaso) pero vamos, sólo le faltaba la pantallita y la aplicación del candy crush y ale, a pasar el día! 😉 😛
“En Chengdu podrás ver un pedacito de mundo en blanco y negro, relájate y disfruta hasta el último momento”